sábado, 9 de julio de 2011

Reporte oficial del frente central.


Hemos perdido la ciudad. Capital de metales oníricos, no hemos podido defenderla de los larguísimos lagartos que nadaban en las corrientes del viento. Sus ruinas son nuestras en la distancia del lamento. Sus humos son nuestros en el corte de las gargantas. Y una vez más, allí donde las eras danzaban temiendo el vértigo de los abismos celestes. Hemos sangrado nuestro oro sobre el crepitar de los cristos.

La hemos perdido y sus escamas se ríen de nosotros. Nos empuja el ladrillo nublado más allá de las márgenes del río. El lodo nos abraza ahora con sus ojos de serpiente. Vergüenza, amargura y derrota, es cierto. Pero ciertos son también los soles que se deslizan en la mirada. Ya no puedes matarme. Cargo el fuego de las almenaras de ultratumba. Y un recuerdo que nos recuerda las mañanas. Cabalgata de luz sobre las cadenas del misionero. Y distancia terrible entre las hojas y sus sables.



Nos reagruparemos frente al rumor de la llegada del comandante argelino. Dicen que carga un verano en la mitad del invierno y que escribe sus armas sin pestes extranjeras. Volveremos por tí, remolino de noches y tormentas.


- Santiago De la Vanguardia, Capitán de las lluvias del Este -